Llegué con Crusti el viernes de madrugada, ya hacía frío, por suerte estaba todo desangelado y nos fuimos a dormir, estábamos alojados en el hotel Polamar.
El sábado por la mañana nos acercamos a la feria del corredor, había poca gente y terminamos rápido, allí nos encontramos con Malagueta, con dudas sobre su rendimiento por unos problemas físicos (que afortunadamente luego no le aparecieron).
Comida en el restaurante “Narcea” (donde ya nos conocen) con Lazarillo, María Luisa, Crusti, Asmático y Cristina, comilona en regla, con vino y orujo final, lo del final nunca mejor dicho, nos fuimos del restaurante a las 6 de la tarde, cuando acabamos con las dos botellas de orujo.
A esa hora el tema de la siesta estaba ya medio perdido, pero se terminó de fastidiar cuando nos encontramos a los “Runners de barrio” y nos fuimos con ellos a un karaoke, nos liamos a copas y a cantar, era ya una mera cuestión de dejarse llevar por la juerga. Espero que cantar se me diera mejor que correr.
Desde allí, los dos más inconscientes del grupo, Crusti y yo, nos fuimos a cenar al restaurante italiano “Marruzzella”, una buena cena y claro, una botella de vino completita. De allí al hotel, casi diría que no iba mal…
Domingo por la mañana, 8:30, gases, ardores, resaca, no recordaba la mitad de las cosas. Ante tales circunstancias, bastante buena carrera hice.
Antes del comienzo pude saludar, aparte de los impresentables del día anterior, a Mechas y sus compañeros del ARC Alcoy, Indeciso, la gente de Valencia (Aliada, Raul, Agustín, Marce), Beni y pareja. La temperatura era fría pero fue genial para correr, aunque en ciertos tramos pegaba el aire frío de frente y era bastante molesto. Comencé la carrera y tras hacer una parada técnica cogí a Miróbriga sobre el km. 4 e hice el resto junto a él, a ritmo 5’/km. clavados. También fui saludando a gente por el camino, pasandola o cruzándome con ella, al Sombrilla, a Celina (enhorabuena por tu tiempo). Finalmente terminé, bien de caja pero ya con la cadera cargadilla, en 1h45’, aunque no lo creas Miguel tu compañía fue fundamental para terminar como lo hice. Ya en meta encontré a Alicia y Javier, muy contentos ambos por sus tiempos, igualmente felicidades sobre todo a Alicia, que se estrenaba en media.
Después de carrera la duchita, todo un lujo el Polamar, situado junto a salida y meta. Para terminar comida en otro clásico para nosotros, el restaurante “Casa Juan”.
Finde inolvidable y memorable. Espero no olvidar mencionar a nadie.