Ertumba y yo nos desplazamos el sábado tarde y nos alojamos en el estupendo hotel antiguo convento de Santa María de Mave, situado en Mave, a unos 30 km. de la carrera. El hotel apenas rodeado de casas es precioso y goza de una tranquilidad incomparable. Además se come de maravilla como bien pudimos comprobar, tanto en el bar que hay fuera como en el restaurante del hotel. También nos acompañó durante el sábado Crusti, que vino con su hijo Jorge, a degustar (como no) y a apoyar en la carrera.
HOTEL SANTA MARÍA DE MAVE
DISFRUTANDO EL ESPLÉNDIDO JARDÍN DEL HOTEL
El sábado me empezó a entrar el miedo, una media después de más de 2 meses, las malas sensaciones últimamente en la rodilla (de hecho era una prueba para la rodilla de cara a Berlín), y sobre todo el terrible calor. A las 18 h. empezó la carrera, 74 corredores tomamos la salida. A los 5-6 km. se volvía a pasar por salida y allí ya estaba agotado y sin fuerzas, me pensé abandonar pero continué. En el km. 7 tuve que empezar a hacer paradas porque no podía con mi alma, me uní a Luis H. y con el corría un rato y caminaba otro. Toda una larga recta por carretera hasta el km. 13 en el que se llegaba a Collazos de Boedo donde se daba la vuelta por camino, allí me dejé echar un caldero de agua por arriba y resucité 3 o 4 km. que pude hacer de un tirón hasta que volví a flaquear, pasé a unos cuantos que estaban en mi misma situación, iban caminando. Los últimos 3-4 km. costaron pero pude llegar, tiempo total 2h00’05”, hace muchos años que no tardaba tanto en una media.
Para rematar ese domingo hice con Ertumba una rutilla en bici por el Canal de Castilla desde Alar del Rey, un camino bonito por los laterales, y sobre todo llano.
Por la tarde me acerqué a saludar a los casi 40 que corrieron el maratón, menos calor pero más duro porque con esa distancia y tan pocos corredores puedes ir durante mucho tiempo sin ver nadie delante ni detrás. Hubo gente que corrió ambas carreras, que valor, como por ejemplo Teo de Leganés, que quedó 2º en el maratón y ganó la media.
Luego degustamos una paellita que ofrece todos los años la organización a todo el pueblo y los corredores, en un ambiente totalmente festivo.
También pude saludar ambos días a Atalanta, al que había conocido meses antes en Ciudad Rodrigo y que se acercó a correr el maratón.
CON ATALANTA Y ERTUMBA TRAS EL MARATÓN
Si has encontrado útil este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página web o foro.
1 comentario:
Gracias por enlazarme yo tambien te enlazo y me hago seguidor!
estamos en contacto
Un saludo crack!
Publicar un comentario