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miércoles, 8 de septiembre de 2010

XXIV MEDIO MARATÓN BAJO PAS


Son las 7:15 de la mañana del día 5 de septiembre, la niebla inunda todo el valle del Pas en la zona de Piélagos y la temperatura se insinúa fresca. Tras el desayuno me acerco a Puente Arce, lugar de salida de este 24º medio maratón del Bajo Pas. A las 9 la niebla se ha disipado y el sol ha hecho aparición, se pasará calor.
A las 10 h. comienza la carrera, en plena N-611 que enlaza Santander y Torrelavega. Primeramente se dan dos vueltas entre el puente nuevo y el bonito puente medieval para a continuación enfilar hacia Renedo por la margen derecha del río Pas, aunque sin tenerlo a la vista, se atraviesa Barcenilla y Quijano. En Renedo tras rodar por el pueblo se cruza el Pas para dar la vuelta y volver por la margen contraria, esta vez sí se tiene el río al lado, atravesando Vioño y Salcedo para volver a Puente Arce y tras dar otra vuelta a los puentes llegar a meta.
Toda la carrera, sobre todo la ida hacia Renedo es un circuito tipo rompepiernas, con continuas subidas y bajadas, eso sí, tanto unas como otras con poca pendiente, sin ser duro no me resulta cómodo. Fiel a mi costumbre salgo de los últimos y tras 2 km. empiezo a pasar a todo el mundo, a un ritmo de 4:30, voy bien. Tras cruzar Renedo para volver recibo el golpe psicológico, aún 10 km. de vuelta, temperatura de 23-24º con humedad, y cansado por estar últimamente poco acostumbrado a esos ritmos he de ceder un poco, ya me pasan algunos y voy un poco castigado hasta el km. 15. El tercer avituallamiento lo tomo caminando y el descanso y el agua me dan fuerzas para aguantar hasta el final, no obstante queda la única cuesta importante en el km. 19, pendiente dura, la subo corriendo aunque cedo tras terminar, prefiero caminar 20 m. y terminar como Dios manda. Finalmente acabo en 1h36’, ritmo medio de 4:34, un tiempo habitual en mí y fenomenal teniendo en cuenta que llevaba dos meses entrenando y corriendo a ritmos por encima de 5:00.
La organización perfecta, además de los avituallamientos líquidos, otros tres con esponjas, al final de carrera abundantísima fruta (la había de 6 o 7 tipos), agua y también mucha cerveza.
Para rematar, la vuelta a Madrid con una parada para picotear en la bonita villa de Castro Urdiales, donde hacía varios años que no iba.
Sólo queda una tirada larga en competición antes de Berlín, será el domingo 12 en la media del jamón en Teruel, allí iré a terminar en un tiempo aproximado de 1h45’.


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