
Ese mismo viernes fui a la feria del corredor, DIOS!!!!! eso es una feria, enorme, impresionante, y bien organizado todo. Nada de lo que yo haya visto en España se acerca ni de lejos, supongo que un escaparate para 40000 personas lo hace posible, cogí dorsal, chip y camiseta, compré algunas cosas, comí y tomé algunas cervezas allí. Ese día hacía un sol radiante y casi calor.
Sábado por la mañana, a llover y ya no paró, me vine el lunes y seguía lloviendo. Aproveché para ver el museo de Pérgamo y dar un paseo en barco por el río Spree, todo tranqui teniendo en cuenta que ya conocía la ciudad, comida con salchichas (parece ser que no están incluidas en el grupo de la pasta) y unas cervecitas, a la cama prontito.

A partir de ahí a disfrutar, pese a la lluvia pertinaz, ritmo constante y cómodo de 5’/km., mucho público animando, ni un solo coche aparcado en todo el recorrido, muchos grupos de música tocando en el recorrido totalmente llano, espectacular, un verdadero deleite, charlando con los españoles que pasaba o me pasaban. Así llegué a mitad de carrera, piernas cansadas, y nunca las tengo así en las medias maratones, presentí sufrimiento. En el km. 25 empecé a pensar que la maratón a partir de ese km. hay que correrla con la cabeza sobre todo, pero que si las piernas fallan poco va a poder hacer la testa, pues nada, botón de toda la cabeza a las piernas, respuesta rápida y clara, opción no disponible, elemento no de serie no adquirido. Hasta el km. 30 conseguí mantener el ritmo de 5’ pero ya en el 32-33 empecé a ver corredores caminando y me sentí con fuerzas para hacerlo también (aunque pensé, creo que esto no es así) y poco a poco me fui hundiendo en la miseria.
A pesar de todo fui corriendo y caminando a ratos, conseguí autoconvencerme de que lo importante es terminar, fui más tranquilo y pude disfrutar algo más pese al dolor de piernas. Lo peor fue a 400 m. de meta, 100 m. antes de la puerta de Brandenburgo me puse a correr y con sumo esfuerzo y dolor logré llegar de un tirón a meta, aunque fue tal que vomité un poco al llegar. El resto ya alegría y disfrute. HABIA CONSEGUIDO MI PRIMER MAJOR!!!!
El domingo por la tarde-noche la fiesta del maratón a la que fui con los tapieros Manu y Carmen, no mereció la pena, mucho mejor habriamos hecho en irnos a cenar y tomar unas cervezas por ahí.

Felicidades a todos los que lo corrieron, entre ellos con los que hablé, Lublu, Manu (tiempazo de 3h09’), Salsipuedes (con quien coincidí a la vuelta), y a todos con los que no hablé.
Tras 9 meses desde la inscripción en esta carrera, esto es lo que dio de sí. Salu2.