Mont Saint-Michel, una abadía situada sobre un
promontorio rocoso en el estuario del río Couesnon, en Francia. Tenía ganas de
conocerlo hace bastantes años, ya el año pasado algún forero de
carreraspopulares hizo esta maratón, y yo me quedé con la copla. Este año
Cheve, de FFDR, andaba tras una maratón en mayo, él ojeaba Luxemburgo, y en
cuanto le comenté que yo prefería Mont Saint-Michel no se lo pensó y abrió
evento en el foro, y cuajó, de tal manera que finalmente hemos viajado 22
personas hasta allí. La logística para llegar allí no es fácil, no hay vuelos a
la zona por lo que hay que ir hasta París (vuelos Ryanair al aeropuerto de
Beauvois), y desde allí aún hay unos 400 km. distancia hasta la zona.
El resto de la expedición concretó viaje del viernes al
domingo, y Cheve reservó unos apartamentos baratos en Cancale, lugar de salida
de la maratón (lineal), además a escasos 10’ andando. Mis compañeros alquilaron
coches en el aeropuerto para ir a Cancale, Mapi y yo quisimos aprovechar para
conocer Bretaña y Normandía ya que íbamos por allí, porque todo el mundo lo
pone muy bien, así que planeamos una semana, y fuimos en coche desde aquí, más
barato aunque un poco más paliza para ir y volver.
Llegada la fecha partí el viaje de ida en dos, el
jueves por la tarde fui hasta Navarra y me alojé en la casa rural de mi amigo
Fernan, el viernes por la mañana salí en dirección a Cancale, 750 km. desde la
frontera en Irún, todo por autovía pasando cerca de Burdeos, Niort, Nantes y
Rennes, la mayoría peaje (42€ en Francia para ir). El viernes sobre las 15:30
llegábamos a los apartamentos “Le village Cancalais” y nos instalábamos, cogía
también las llaves de mis compañeros que aprovechaban mientras su viaje desde
el aeropuerto para visitar la zona del desembarco, nosotros lo haríamos más
adelante. Surgió un problema, falló la batería del coche, algo con lo que
tuvimos que convivir ese finde, dejando el coche cuesta abajo para poderlo
arrancar por la mañana empujando un poco. Mientras ellos llegaban aprovechamos
para darnos un baño en la piscina climatizada de los apartamentos, dotada
además de chorros y sauna, y después un paseo al puerto de Cancale, donde el
producto típico (en toda la zona) son las ostras, desde allí ya vimos a lo
lejos Mont Saint-Michel.
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EN EL PUERTO DE CANCALE |
Tras la llegada del resto de la expedición bajamos
todos al puerto de Cancale y cenamos en un restaurante para después irnos a
descansar, algunos, otros aún se quedaron de copas un rato.
El sábado por la mañana viaje a Saint-Malo, a 15 km.
de Cancale, allí se recogía el dorsal y la camiseta, aprovechamos al llegar
para animar en la carrera de 10 km. que se disputaba en ese momentos, y después
para visitar el centro que me habían dicho que era muy bonito, y la verdad es
que era espectacular, además de hacernos un buen día.
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SAINT-MALO |
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SAINT-MALO |
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SAINT-MALO |
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SAINT-MALO |
Después aprovechamos unos cuantos para comprar algo en
un supermercado y comerlo allí mismo, evitando perder tiempo, y a continuación
de visita a Mont Saint-Michel, allí hay un aparcamiento de pago grande junto el
que parten “navettes” gratis que te acercan a la propia abadía, Mapi y yo, al
igual que Olga y Javi, nos acercamos caminando (una ½ hora). Después visitamos
la abadía y las callejuelas del interior. Es muy bonito todo, aunque esas
callejuelas están llenas de tiendas y restaurantes. Cuando Mapi y yo salimos de
la propia abadía el resto de nuestros compañeros se habían adelantado a toda
leche y se habían largado ya, nosotros aún aguantamos un rato y tomamos algo,
después volvimos en coche por el camino por donde el día siguiente discurriría
el maratón, y aprovechamos para acercarnos a Pointe du Grouin, el cabo tras
pasar Cancale donde se disfrutan unas vistas muy bonitas. Vuelta a los
apartamentos y cena con algunos de los compañeros en el porche, un poco de
pasta, el resto fueron de nuevo a cenar a Cancale.
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MONT SAINT-MICHEL |
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MONT SAINT-MICHEL |
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MONT SAINT-MICHEL |
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MONT SAINT-MICHEL |
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POINTE DU GROUIN |
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CENA EN LOS APARTAMENTOS DE CANCALE |
Domingo por la mañana, lluvia y fresco, y algo de
aire, nos acercamos al puerto donde está la salida, Mapi y yo tomamos un café
en un bar y después nos juntamos con el resto, de los 22 corremos el maratón 12
(Carlos “Cosette”, Olga, Víctor, Antonio “Shura”, Melchor “Cheve”, Alberto
“Canal”, Daniel “Dabenar”, Daniel “Grillo”, Rafa Villalba, Julián “Elliot”, mi
tocayo Juanlu “Airgam” y yo), 2 corren el duo (Javi y Carlosrunner). Fernando
“Marpab” no puede correr al final por lesión y será quie transporte a los
corredores del duo (media carrera cada uno), las otras 7 chicas son pomponeras
(Mapi, Gaby, Carol, Aida, Gema, Chelo y Bárbara).



Esa mañana con la bruma que hay no se divisa Mont
Saint-Michel. Tras las fotos de rigor se da la salida a las 8:30, una cuesta de
cerca de 2 kms (la única que hay), el ánimo de nuestras pomponeras y atasco en
esa subida por una estrecha carretera. En esos momentos no llueve y la
temperatura es buena para correr. Cojo un ritmo cómodo de 5:40 con el único
objetivo de acabar sin sufrir mucho en torno a 4 horas, como siempre voy con la
preparación que me proporciona la montaña, esa semana además he descansado tras
el cross tres refugios del domingo anterior, el resto de compañeros van más
rápidos. Sobre el km. 4 ya se corre bien y se empieza a girar para ir doblando
la bahía. Los avituallamientos son cada 5 kms, a partir de media carrera ya hay
más, tienen agua e isotónico, azucarillos, naranja, plátano y alguna cosa más.
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SALIDA DE CARRERA |
Sobre el km. 12 o 13 se empieza a divisar la silueta
difusa de Mont Saint-Michel, se ve lejos, muy lejos. Sobre el km. 15 comienzo a
tener molestias por la parte delantera del muslo en la pierna izquierda, va a
hacer que tenga que parar cada 2 o 3 kms y camine 100 m., de manera que al
volver a correr no molesta aunque vuelve poco a poco. Esa será la tónica el
resto de carrera, salvo que cada vez he de parar cada menos tiempo porque
molesta más antes. En uno de los muchos puestos de ayuda me doy un poco de
reflex, que algo me ayuda un rato.

Tras ir pasando los pequeños pueblos de St
Benoit-des-Ondes, Hirel y Le Vivier-sur-Mer llego en el km. 20 a Cherrueix,
allí se hace el cambio del duo y allí están casi todas las pomponeras animando
(Mapi iba directamente a Mont Saint-Michel por el tema de la batería del coche),
me llevo un subidón al verlas, tras pasar los otros compañeros y dado que son
sus parejas pensé que lo mismo se habrían ido ya a meta, de hecho algunas
tuvieron problemas después para llegar a tiempo dados los limitados accesos que
hay. Muchas gracias chicas.
Seguí yendo como pude, en ningún caso pensé en
abandonar porque malamente tendría opción de volver allí. El recorrido era
llano, muy ligeras rampas en algún tramo, también alguno con pista. Paso al
globo de 4 horas y pienso que no voy tan mal, pero es que ha parado a orinar,
jeje, continua y me vuelve a pasar él, yo ya sé que terminaré en torno a 4
horas y cuarto o más. Sobre el km. 33 me encuentro animando a Mapi, de la
sorpresa casi ni reacciono, me alegro de verla aunque me sorprende hacerlo
allí, me temo que algo ha pasado con el coche, de cualquier forma ya me
enteraré.
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POR EL KM. 33 DONDE ESPERABA MAPI |
Comienza a llover y el aire empieza a molestar más
según la dirección que llevemos, los últimos kms ya voy como más o menos puedo,
trotando y caminando, a 3 o 4 kms del final me pasa el globo de 4h15’, aunque
sabía que iba a hacer más tiempo me llevo un pequeño mazazo psicológico. Mont
Saint-Michel va quedando a nuestra izquierda para finalmente enfilar una recta
en Beauvoir y llegar a meta donde está todo el complejo de restaurantes y
hoteles, pese a todo he llegado con un neto de 4h15’ y me siento satisfecho.
Cojo la medalla y lo que dan y salgo cuanto antes, un poco de atasco porque
somos muchos y la salida es estrecha, está lloviendo y hace un poco de frío,
creo que eso es claramente mejorable.
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ENTRANDO EN META |
No he visto a Mapi y la llamo, viene de camino con una
francesa llamada Bárbara, el coche se quedó parado sin batería y esa chica la
recogió. Me cambio con lo poco que he dejado de repuesto, sólo una camiseta y
un cortavientos, al menos ahora pese a la lluvia no hace mucho frío, tampoco
tengo dinero para comprar ni tomar nada, ni encuentro a esta gente. He de
esperar más de media hora a que llegue Mapi. Hemos de volver a Cancale, por
suerte hay navettes de la organización que salen de allí y que nos devuelven al
centro del pueblo, pero de camino en el autobús no vemos el coche donde se
supone debe estar, con las prisas y los nervios la dirección que han tomado no
es correcta. La hora que sigue es tensa, pese a aparentar tranquilidad estamos los
dos muy nerviosos, está lloviendo, el coche no sabemos donde está exactamente
(aunque Mapi sabe más o menos por donde puede andar, en una carretera en
cualquier caso, fuera de población, a unos 5 km. de donde estamos), hace un
poco de frío, no hay taxis que puedan cogernos ni sitio para alquilar un coche,
además es domingo. Además la cerradura del capó se ha estropeado según me
cuenta Mapi, con lo que aunque lo encontremos quizás no se pueda arrancar. Una
pareja que chapurrea español nos hace de traductores porque no sabemos francés,
nos iban a llevar a buscar el coche pero al final no pueden. Cuando estoy a
punto de intentar localizar desesperadamente la policía por medio de esta pareja
un chaval de un parking consigue un taxi, que aunque tarda casi media hora en
llegar, loado y bienvenido fue, fue recorriendo la zona con nosotros y con la
ayuda y recuerdos de Mapi llegamos al coche, y empujando con su ayuda logramos
arrancarlo. Del maratón ya casi ni me acuerdo, sin demora viaje hasta el
siguiente alojamiento, ya en Normandía, unos 15 km. al sur de Caen, allí al día
siguiente repararé el coche en un taller y no volveré a tener problemas.

Resumo, maratón más por lo que significa la meta que
por su recorrido, desde luego toda la zona es muy bonita y merece la pena,
supongo que los accesos a Mont Saint-Michel para algo de este tipo son escasos
e insuficientes, pero la organización poco puede hacer, mis compañeros apenas
llegaron tuvieron tiempo para ir al coche y salir de allí antes de volver al
aeropuerto de París. Es mi maratón de asfalto número 21, contanto con la
montaña la número 29.
La semana posterior de vacas allí ha sido estupenda,
los dos primeros días la zona del desembarco de Normandía, un poco
decepcionante aunque tampoco es que interesase demasiado. En cambio las ciudades
de Caen y Rouen, sobre todo esta última, así como las zonas de abadías en los
meandros del Sena, y los acantilados blancos entre Etretat y Fecamp me han
gustado muchisimo. Además el tiempo me ha acompañado.
El finde posterior me instalé en Vitoria, previa
parada para ver la duna de Pilat, cerca de Arcachon. La misma mañana del sábado
decidí no hacer la prueba de los montes de Vitoria, de 62k, parte para
recuperar mejor y descansar y parte por vaguería y seguir disfrutando con Mapi,
pudiendo pasarnos entretando por Castro Urdiales y por Bilbao. A día de hoy no
tengo nada pendiente este mes de junio, en el que además no se hará finalmente
la marcha de los tres ibones que quería repetir, seguro que se me van
ocurriendo ideas y carreras.
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CATEDRAL DE CAEN DESDE EL CASTILLO |
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CATEDRAL DE BAYEUX |
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CEMENTERIO AMERICANO EN COLEVILLE-SUR-MER |
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HONFLEUR |
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ABADÍA DE JUMEGES |
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ROUEN |
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CATEDRAL DE ROUEN |
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ACANTILADOS BLANCOS DE ETRETAT |
Más que un maratón, al final han sido unas minivacas
en la siempre estupenda compañía de Mapi, y de paso una carrerita para quemar
excesos.