
El sábado me acerqué con Alberto (Runners de barrio) a la localidad navarra de Lodosa, donde nos esperaba Pepe junto con su familia y amigos. Tras la pega de carteles de la "carrera de la subida a los hermanitos" nos invitaron a una estupenda barbacoa en un parque cercano.


El domingo por la mañana temprano, en compañía de Alberto y Pepe, nos fuimos a Zumaia, llegamos sobre las 8:30, y nos dio tiempo a recoger el dorsal y tomar un café. La temperatura era de unos 18º, agradable, el cielo nublado.
Antes de salir pude saludar al Corraliego, que también venía por 2ª vez, y a Rita, otra tapiera de Madrid como yo. Estando allí a la espera de salir me di cuenta del error cometido, traer las zapas de correr normales en vez de las de trekking, había llovido y se preveía barro.
Después llegó lo peor, bajada al río donde el barrizal era terrible, había que ir muy despacio, se mezclaba con rocas que resbalaban mas aún. Tardé un buen rato en cruzar esa parte, incluso vi a una chica que metió el pie en el barro y lo sacó sin zapatilla, la tuvieron que ayudar.

A las 10 se dio la salida y a poco de salir del pueblo comenzaron las cuestas arriba y fue apareciendo el barro. Llegando arriba los paisajes eran espectaculares, montes y praderas verdes y el mar a la derecha, impresionante. Había mucha humedad y lo notaba mucho.
Empecé a preocuparme rápido, mis pies deslizaban continuamente sobre el barro, con lo cual no podía bajar deprisa (cosa tampoco recomendable por mi rodilla derecha) ni subir deprisa. Iba desde los primeros kms con Alberto, que aún pagaba la jarana del día anterior, el me dejaba un poco atrás bajando (no sé como no se cayó unas cuantas veces porque también iba patinando continuamente) y yo recuperaba subiendo. Pepe se había adelantado ya, temía se fuera a desfondar porque era su 1ª carrera de este tipo.
Así llegamos al km 11 en 1h15' más o menos, y nos hicimos esta bonita foto con el grupo con el que íbamos coincidiendo.

Por suerte, una vez que dejamos el río y subimos, ya a partir del km. 15, había bastante menos barro, que además estaba muy pisado por todos los de delante. El recorrido de vuelta era más favorable y las subidas no eran tan duras en general, si bien el cansancio iba haciendo efecto cada vez más.
Pero fui tirando poco a poco junto a Alberto hasta que este se descalzó por un fuerte dolor de pies, yo continué a mi ritmo hasta llegar a Zumaia, en el km. 28. Allí se encontraba la última traba, una cuesta fuerte y larga, para después ya bajar y entrar en el pueblo, la recta de meta supone un subidón por toda la gente aplaudiendo y animando. Terminé en 4h00'17". Unos 4' después llegaba Alberto y en meta nos esperaba Pepe que había sufrido tres caídas y tenía un hombro magullado, no dejó de quejarse de la carrera hasta que se despidió de nosotros, pero yo sé que le gustó.

Decir que la organización de esta carrera es perfecta, con avituallamientos muy completos cada 3 o 4 kms, todos los voluntarios (que son muchos) animan un montón, al igual que toda la gente que te encuentras por el camino, senderistas, etc. Igualmente el avituallamiento en meta también es muy bueno.
Para completar la jornada, nos dimos los tres un estupendo baño en la playa, el agua estaba buenísima. Y después una buena comida en un restaurante del pueblo antes de volver a Madrid.
Reiterar mi agradecimiento a los lodosanos y a mi amigo Fernan, y las felicitaciones a la organización. Si nada lo impide el año próximo volveré de nuevo.
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